junio 22, 2005

La Fuga

Día del padre. De regalo, me doy cambiar una manguera de agua que esta rota en el WC. Como buen escusado, la conexión de la manguera es de lo mas difícil. La única manera de accesarla es totalmente acostado en el piso. No boca arriba, que seria lo más fácil. Sino de lado. Todavía ahí no acaba la complejidad. Tiene que ser, sobre mi lado izquierdo, como una maldición mas a mi zurdees. Soy Ingeniero. No plomero. Y aunque no me amedrenta una mugrosa fuga de agua, si se me aflojó el pulso cuando llegó mi achichincle. Isabel, al verme tirado ahí como borracho, decidió ser aprendiz de plomero. Mientras yo desenrosco la dichosa manguerita que esta rota, con esa paciencia desquiciante que es necesaria para hacer girar una rosca en octavos de vuelta, ya que la perica se atora con todo, Isabel me escala y se acurruca entre mi axila y barriga. Estoy a punto de sugerirle que se vaya a jugar a su cuarto. Pero ve con tanta atención como uso la perica, que no me queda más que seguir mi labor, bajo el estricto escrutinio de mi aprendiz. Finalmente la manguerita esta en su lugar. La aprendiz ha estado muy atenta y en una actitud muy proactiva ya me ha entregado las otras dos pinzas que tengo en el baño 23 veces. Digo, en caso de que las necesite. Pinzas, papá. Gracias mijita. Dena'... Pinzas papá. Gracias mijita. Dena'... Así hasta el infinito...

Abro la llave de agua del WC. Hay que revisar que el nivel del agua sea el correcto, porque durante la reparación, el ajustador de nivel se descalibró. Isabel me ve ajustarlo. También anota los procedimientos necesarios para jalar la cadena. Esto lo hago con el fin de asegúrame que quedó bien calibrado el nivel de agua. Durante todo este proceso, la pequeña aprendiz estuvo sentada en la tapa del WC viendo hacia la caja de agua, ya que la maniobra sucedía ahí.

Upss... La maldita manguerita no quedó del todo bien. Tiene una pequeña fuga. Tendré que volver a esa vergonzosa posición, para apretarla aun más. Pero ahora Isabel no le interesa ver que le voy a hacer a la manguerita. No, le interesa practicar lo que aprendió. Así que me utiliza de escalinata, se sube a la taza, según ella calibra lo que es calibrable, le jala a la cadena y baja por la misma ruta. Y se repite el loop. Esto si es demasiado complicado. Entre que me pisa, y la cuido para que no se desbarranque desde la cima del "es-kius-me", nomás no puedo apretar la manguerita. Me doy. Grito: Aaaadrianaaaa! Nada. Vuelvo a gritar. Mentalmente bajo las escaleras para ver si va a lograr oírme. Esta trapeando la cocina con música a todo volumen. Me viene a la cabeza la imagen de ese video de Queen, de I want to break free...# donde salen de mujeres sumisas y responsables... Supongo que Adriana no va a oírme. Supongo que será una reparación larga, muy muy larga..


Queen: I want to break free

Con hijos siempre es así. Lo que antes te tomaba 10 minutos, ahora te toma dos horas. Lo bueno es que te parecen 30 segundos... Finalmente Isabel tuvo a bien darme un regalo. Digo además de la manguerita. Me regaló su primera talacha...

Tamalotes [CgS]

junio 18, 2005

Madagascar

Viernes, 6pm. Estoy entrando a una sala de cine, ya con las luces apagadas. Me abro paso con la pañalera y las Palomitas de un brazo e Isabel del otro. Logro sentarme. Adriana no vino, anda atendiendo a uno de sus clientes, sin embargo no venimos solos. La familia Pacheco-Uribe está sentada a un lado…

Cuando la fiebre de películas de animación comenzó, Pixar y DreamWorks enfocaron sus esfuerzos en hacer películas para niños y los papás de los niños. Hoy, eso ya cambio. La nueva película de DreamWorks, Madagascar, es para los papás y uno que otro niño que haya logrado madurar lo suficiente su sentido del humor necesariamente negro. Finalmente nos han hecho justicia. Es el Animal Planet con el humor de los Simpsons. Es, para mi gusto, una de las mejores películas animadas que han hecho hasta el momento. Las animaciones, son excelentes. La escena del barco y las olas, son un verdadero reto para el ojo humano. Además la historia sin ser demasiado complicada, gira alrededor de la necesidad de darle significado cada quien a su vida. Habla de la amistad, del perdón, de la actitud ante la vida y de la famosa mid-life crisis (Levinson, D. L.). Pero los pingüinos son definitivamente la mejor parodia que han logrado hasta el momento. Son un equilibrio perfecto ente la esquizofrenia y el éxito. Entre una realidad distorsionada, la ignorancia y la verdad.

Quizás mi percepción este sesgada, con respecto a la película, pero en ocasiones detalles triviales generan un sin fin de recuerdos, que por mas que uno no quiera influyen en la percepción. Tal y como me sucedió con la frase de los pingüinos: Sonrían y sigan saludando#. Quizás exista un nombre para ello, pero lo desconozco. Me refiero a esa subcultura que se forma entre tus amigos, con tus hermanos, con tu familia. Son esas frases, esas palabras que te identifican y te unen. Son esos comentarios que forman parte de tu manera de pensar, de relacionar tu pasado, tu historia con tu vida cotidiana. Lo puedo describir con una sola palabra que solo mi hermano entendería a la perfección: Protocultura.

Pero bueno, yo estaba con los pingüinos. Con esa frase, los pingüinos me llevaron a la palapa de una remota playa donde acompañado del Yayo, Machin, y el Doctor Sting saludamos y sonreimos, con una cerveza fría en la mano, al resto del campamento que desde el mar imploran ayuda a gritos. Están suficientemente lejos como para realmente no entender que dicen. Tal vez piden cervezas, quizás sean sus chanclas. La arena que nos separa ha de sacar ampollas de lo caliente. Desde entonces saludar y sonreir es parte de nuestra protocultura. ¿Cómo no voy a querer a esos pingüinos si hablan como si fueran mis hermanos del alma?

Y mientras revivo esta anécdota, Isabel me recuerda que el significado de la vida esta escondido en los simples detalles, como es ver una película con tu hija mientras se queda dormida en tus brazos...

Los pingüinos rematan la película usando su frase una vez más:


Saluden y Sonrian...

Tamalotes [CgS]