El otro día mientras comíamos Isabel encontró una diminuta herida en uno de mis dedos. Una de esas heridas que uno no sabe ni como ni cuando, y que tienen apariencia de lunares. Isabel, decidió tomar medidas inmediatamente. Me llevo al baño y meticulosamente me puso jabón, y me lavo mi herida. Estaba terminando, cuando ella dijo - "uuiipapaaa guisita siammm" que quiere decir: uppps papá... No son una son muchas! No, mijita, esos son lunares, no son heridas… Pero ella entre que eran peras o manzanas, decidió irse por la segura y le puso ungüentos sanadores a cada una de mis desgracias. Ponía una gotita de jabón (usamos de eso jabones líquidos) me tallaba y me daba un sermón de cómo es que debo ser cuidadoso con los accidentes en un idioma, que al igual que el sueco, sigo sin entender. No se de donde saco estas ideas curativas, de donde saco sus conocimientos de primeros auxilios. Tal vez lo aprendió en el Kinder, quizás son herencia genética de su madrina, la tía Pata. Pero de que tiene ojo clínico, estoy seguro. Cada vez que nos sentamos a comer, quiere seguir con mi tratamiento… Yo ya no se que hacerle a mis lunares.
Tamalotes [CgS]