julio 16, 2006

La Fuga II

Llamada al 911 – Lunes, 10:15pm

  • 911 buenas noches, ¿cual es su emergencia?

  • Mi marido perforo una tubería con un taladro y no podemos cortar el agua por alguna razón. Ya hablamos a mantenimiento pero les va a tomar 45minutos en llegar.

  • Muy bien señora, entonces espere a que llegue el personal de mantenimiento.

  • No señorita, usted no me esta entendiendo, esto es una chingada emergencia!

5 minutos después llegaron los bomberos. Primero comprobaron que efectivamente, cortar el agua de la casa no detenía la mega fuente que existía para entonces. El agua, tal como en las caricaturas de la pantera rosa, salía con una fuerza endemoniada en el cuarto de Isabel. Instalando una chuchería de IKEA en el cuarto de la princesa tuve el tino de darle al centro de la tubería del sistema contra incendios de la casa. Y esa línea de agua, por regulaciones de seguridad, solo la puede cortar el departamento de bomberos. Todavía les tomó encontrar la dichosa llave varios minutos más. Para entonces había como 7 centímetros de agua en el cuarto y baño de Isabel. En el comedor literalmente llovía a cantaros por toda el agua que buscaba desesperadamente una salida del piso superior. El vecino ya había salido a averiguar que diablos pasaba porque había agua que estaba entrando a su garage…


Tomo casi una semana en que la casa se recuperara. El techo del comedor lo tuvieron que quitar. El bajo-alfombras hubo que reemplazarlo, y los hachazos de los bomberos en la pared para encontrar la tubería tuvieron que ser reparados.



Para Isabel supongo fue algo así como un momento místico. No todas las niñas de 2 años pueden ver bomberos corriendo por toda la casa, entrando a su cuarto, y usando una diminuta hacha en la pared. Digo místico, porque le gusta jugar a que encerrados en su cuarto hay un fuga imaginaria de agua, y entonces tiene que hablarle a los “señores” por teléfono para que vengan apresuradamente a repararla. Les da la bienvenida, abriendo la puerta del cuarto, explicándoles quien sabe que tantas cosas, para luego despacharlos por la misma puerta agradeciendo el buen trabajo de reparación. Muy bien pueden suceder más de 20 llamadas de emergencia a los “señores” en una mañana de un domingo cualquiera.

Quizás estas son el tipo de chocoaventuras que uno pasa en el proceso de adaptación en un país diferente en el que uno creció. Yo aprendí a disfrutar el poder de un taladro: haciendo un hoyo en una pared de concreto. A doblegar una varilla con paciencia y presión, a llevar la broca hasta al fondo como una demostración de triunfo y control de la situación. Esas prácticas mexicanas de poco sirven en casas de madera pedorrera que con un taladrillo de baterías puedes hacer que hasta los bomberos tengan que rescatarte utilizando diminutas hachas.

Muy contrario a mi historieta de la Fuga, en esta ocasión el pulso si se me aflojo.

Tamalotes [CgS]

1 comentario:

Anónimo dijo...

Carlux:
me regalaste una carcajada con tu chocoaventura. Te comprendo ya que yo también soy una fanática del taladro, y de instalaciones a la mexicana. Ahora si les falló a los gringos: podrías "demandarlos" (je je) por no señalizar cuidadosamente toda la ruta de la tubería dichosa. Digo! si una sra. demandó por que el microwave no decia que no metiera a su gato...
En fín, les mando un abrazote a los 3... digo a los 4 :)

Paola.